sábado, 10 de septiembre de 2011

Comentario de "La escuela posible" de J. Delval



En el contexto de una reforma educativa sugerida por el titulo de la obra, este capitulo se centra en la función del profesorado. Según lo que me ha transmitido esta parte del libro, éste no aborda una reforma educativa en el sentido en el que estamos acostumbrados a deducir, y a padecer, basadas en reformas legislativas, alteraciones de los planes de estudios, apelativos novedosos y fines de dudosa obtención. Este libro se relaciona más que con lo expuesto anteriormente, con una concepción de la escuela como institución que enseña a aprender y a descubrir, que forma a las personas para que sean felices y autónomas, y lo hace, por si queda alguna duda, desde un enfoque constructivista. 


El Constructivismo da una importancia vital al desarrollo del lenguaje como herramienta de pensamiento y de contacto social. Como consecuencia de estos factores se da la construcción del conocimiento. 

La función del docente la describe Juan Delval como modelo y animador, entre otras. Da una importancia fundamental a la imitación en el aprendizaje y muestra al profesor como modelo de trabajo en el aula. 

La observación e imitación en los niños pequeños toma como modelo a los padres, educadores, amigos y hasta los héroes de televisión. El niño tiende a imitar lo que el modelo hace y dice. Se imita “mejor” al modelo si es significativo para ellos y estos son más efectivos si sus palabras y acciones son coherentes (aprendizaje por observación, modelaje). Bandura, psicólogo conductista cita en su teoría del aprendizaje social la importancia de la imitación del modelo, restando importancia a factores externos en los procesos de aprendizaje. En este sentido el profesor es una parte fundamental en el microsistema (modelo ecocultural) del alumno, en el que se configura su desarrollo. Es parte de su desarrollo evolutivo y el profesor no solamente debe ser capaz de impartir conocimientos sino que además tiene que capaz de transmitir una serie de valores a sus alumnos. El profesor debe ser consciente para generar conductas adecuadas según el contexto cultural. En referencia a esto, Vigotsky (constructivismo social) da importancia a la intervención tanto docente como de otros miembros del grupo de pertenencia como mediadores entre la cultura y el individuo y afirma que el mero contacto con los objetos de conocimiento no garantiza el aprendizaje. 

Como animador social, la tarea docente es muy relevante, en ella radica la significación de los aprendizajes adquiridos por los alumnos en el entorno del aula, ya que favorece la relación pedagógica e incide en una enseñanza más atractiva y efectiva. Es el profesor pues, encargado de crear situaciones que favorezcan el aprendizaje, teniendo en cuenta la motivación, las necesidades los intereses y los conocimientos previos del alumno. 

En el mismo apartado del texto expone el peso que tiene en el profesor la capacidad empática, es decir, saber ponerse en el lugar del alumno para comprenderlo; saber lo que siente y lo que necesita. En este aspecto coincide más con el modelo humanista, en el que el rol del educador se basa fundamentalmente en esto. El trato de tu a tu, el darle importancia a la persona en si misma, generar un clima de mutua confianza, son herramientas que favorecen, ya no solo el aprendizaje en si mismo, creando un clima favorable, si no también el desarrollo emocional del niño y lo motivan hacia una autonomía y hacia su propia autorrealización. Esto vuelve a poner de relieve al profesor como modelo, en el que éste además, ayuda a desarrollar las potencialidades del alumno respetando su ritmo de aprendizaje. 

Más adelante en el texto se aborda el papel del profesor como actor, haciendo referencia a la motivación como elemento principal de su labor educativa ya que supone una herramienta para atraer el interés y la atención. Cuando hablamos de motivación, decimos que está muy unida al instinto de curiosidad, el niño tiene un interés grande por descubrir cosas. Esa motivación natural del niño funciona muy bien hasta en cierto nivel escolar que comienza a perder fuerza y comienza a entrar en el juego el papel del profesor.

El interés se puede adquirir, mantener o aumentar en función de diversos elementos, extrínsecos o intrínsecos. Aussubel plantea que en el tema de la motivación, el maestro tiene un papel determinante. En este aspecto el modelo humanista estudia y analiza las diferentes motivaciones según las necesidades, utilizando la Piramide de Maslow.

La teoria de Maslow sostiene que un alumno que tiene cubiertas sus necesidades básicas, se va a sentir más motivado en su proceso de aprendizaje que aquél que no las haya cubierto ya que su motivación no va a ser la misma. 

La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas. Constituye un paso previo al aprendizaje y es el motor del mismo. La ausencia de motivación hace complicada la tarea del profesor. También decir que la falta de motivación por parte del alumno queda a veces fuera del alcance del profesor. 

Desde este punto de vista, el profesor debe plantearse un triple objetivo en su acción motivadora: suscitar el interés, dirigir y mantener el esfuerzo y lograr el objetivo de aprendizaje prefijado.

Algunos piensan que es el contexto familiar y social lo que desfavorece la motivación en tanto no valora el esfuerzo en la adquisición de capacidades y competencias, lo cual puede ser parcialmente cierto. Pero esto implica atribuir la responsabilidad a las actitudes personales con que acuden a la escuela y a factores externos a ella, en consecuencia, numerosos docentes consideran que es muy poco lo que puede hacerse por motivar a los alumnos, de modo tal que el esfuerzo no tiene sentido.

La motivación o desmotivación se produce en interacción con el contexto. Si bien hay formas de actuación que contribuyen a motivar o desmotivar a la mayoría, otras tienen efectos distintos de acuerdo al alumno del que se trate.

Aunque los alumnos se encuentren trabajando individualmente, determinadas formas de contextualización de la actividad por parte de los profesores y determinadas formas de interacción en el aula contribuyen positivamente a que los alumnos desarrollen formas de enfrentarse a las tareas escolares que les ayudan a mantener el interés por aprender y a evitar el abandono del esfuerzo preciso. 

El clima motivacional que los profesores crean en el aula se traduce en la representación que los alumnos se hacen respecto a qué es lo que cuenta en las clases, qué es lo que quiere de ellos el profesor y que consecuencias puede tener, en ese contexto, actuar de un modo u otro. 
Si se modifican las formas de actuación específica pero no cambia el clima motivacional de la clase de modo coherente, es posible llegar a la conclusión de que el cambio no sirve porque no se han visto efectos positivos, cuando en realidad lo que ocurre es que no sirve si se introduce aisladamente. 

Si en la escuela tradicional llamábamos motivación solamente a la inicial, aquí vemos que la motivación debe mantenerse hasta el final, y ser el punto de partida, si el proceso de aprendizaje tiene éxito, de nuevas motivaciones para nuevos procesos.

El profesor debe tener en cuenta que cada alumno se motiva por razones diferentes. La motivación como proceso autonomo de la persona, limita la función del profesor a ser un agente exterior que trata de liberar las fuerzas interiores del alumno. Esto nos lleva a una consecuencia: los incentivos tienen un valor motivacional limitado (refuerzos y premios). La misma actividad incentivadora produce distintas respuestas en distintos individuos, o incluso en el mismo alumno en diversos momentos. 

En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las peculiaridades del alumno, en las que influyen tanto los rasgos de personalidad como sus circunstancias. 

Es más importante crear el interés por la actividad que por el mensaje. Para ello hay que apoyarse en los intereses de los alumnos y conectarlos con los objetivos del aprendizaje o con la misma actividad. Hay muchos profesores que tienden a buscar técnicas interesantes para ellos pero que no provocan ninguna motivación en los alumnos. Los alumnos no se motivan por igual, por lo que es importante buscar y realizar actividades motivadoras que impliquen mayor participación del alumno. 

Hay que distinguirlo de lo que tradicionalmente se ha venido llamando en las aulas motivación, que no es más que lo que el profesor hace para que los alumnos se motiven.

Se suele afirmar con bastante frecuencia, que en situaciones de aprendizaje nos importan más los procesos que los resultados. La razón es que los procesos permanecen siempre y sirven de refuerzo o motivación para posteriores aprendizajes. 

En referencia a esto cita posteriormente “Pero también tiene que saber renunciar al papel central, al papel de divo e ir quedando a un lado transfiriendo el protagonismo a los alumnos. El profesor debe propiciar la autonomía del niño y debe dejar que el alumno, y sobre todo el grupo de alumnos, tomen iniciativas, interviniendo solo cuando sea necesario”. Esta es la base de la Teorías Constructivista de la educación de la cual se desprende el Aprendizaje cooperativo. Esta teoría sostiene que para que el aprendizaje sea significativo, el alumno debe participar activamente en su propio proceso y construir su propio conocimiento y valores, reconstruyéndolos y actualizándolos. Para ello es de vital importancia la interrelación con el entorno (sistemas en el modelo ecocultural), del cual asimila conocimientos, y constituyen fuentes de aprendizaje.

Vigostky, teorico constructivista, sostiene que el aprendizaje es un proceso cognoscitivo que requiere el uso de instrumentos físicos y herramientas psicológicas y socioculturales (pensamientos y lenguaje) que miden favorablemente el logro de los aprendizajes superiores. Para aprender el alumno debe poseer un óptimo desarrollo cognitivo pero, a su vez, también debe hacer uso de instrumentos psicológicos o herramientas socioculturales. Entre más uso haga de ellos y más las domine, más capacidad y estrategias cognitivas y metacognitivas desarrollará para aprender autónomamente y autorregular su aprendizaje. 

La escuela de Ginebra, en la que fluyen las teorias cognitivistas y constructivistas, sostiene que el desarrollo cognoscitivo, que se centra en los procesos de pensamiento y en las conductas que estos reflejan, es el resultado de la coordinación de las acciones del niño con los demás, siendo difícil que el niño pueda avanzar y progresar intelectualmente si no entra en contradicción con otros. Pero la interacción social no lleva por si misma al proceso cognitivo, sino que aparece a través del conflicto sociocognitivo, que es estructurador y constructivo. Estructurador por que las contradicciones simultáneas que se producen durante las interacciones dificultan la coordinación. Constructivo porque el desarrollo de la inteligencia se realiza através de estas interacciones conflictivas y se resuelven en nuevas coordinaciones. Este conflicto es el verdadero causante del desarrollo intelectual y activador de la inteligencia del niño. 

Los autores del aprendizaje cooperativo lo definen como "El uso instructivo de grupos pequeños para que los estudiantes trabajen juntos y aprovechen al máximo el aprendizaje propio y el que se produce en la interrelación. Para lograr esta meta, se requiere planeación, habilidades y conocimiento de los efectos de la dinámica de grupo". En este tipo de aprendizaje busca compartir la autoridad, a aceptar la responsabilidad y el punto de vista del otro, a construir consenso con los demás dentro del grupo. Para que esto se lleve a cabo, es indispensable compartir experiencias y conocimientos y tener una clara meta grupal donde la retroalimentación juega un papel fundamental. Lo que debe ser aprendido sólo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración. 

El rol del profesor es de diseñar cuidadosamente la propuesta, definir los objetivos, los materiales de trabajo, ser un mediador cognitivo en cuanto a proponer preguntas esenciales que realmente apunten a la construcción del conocimiento y no a la repetición de información obtenida y, finalmente, guiar en el trabajo resolviendo cuestiones puntuales individuales o grupales. Después de esto, la responsabilidad de aprendizaje recae en los alumnos ya que son ellos los que toman decisiones de cómo organizar y buscar estrategias de cómo resolver la tarea. 

El último párrafo de la pagina doscientos treinta y siete cita “La tarea del maestro es pues, insustituible dentro del aula, pero debe ser completada por otros elementos del entorno social. Ya hemos señalado como los miembros de la comunidad pueden venir a enseñar a la escuela y como esta debe ser visitada por diferentes actores de la vida social para que la escuela no sea un reducto aislado de la vida. El profesor tiene que dar autonomía al niño y darle posibilidades para que aprenda por si solo, pero debe estar ahí para cuando sea necesario, y debe también ser capaz de apoyarle y consolarle cuando se enfrenta con problemas” Durante la asignatura vimos un ejemplo claro de ello en la pelicula “Hoy empieza todo” del director francés Bertrand Travernier, en el que el profesor intenta familiarizar escuela, familia y entorno social. Teniendo en cuenta la teoría de Vigotsky, concepto que destaca es la zona de desarrollo potencial, que es la distancia entre el que una persona puede desarrollar por si misma y el que podría desarrollar con la ayuda de una u otras personas.. En el film, gracias a que el padre de la niña ha traído el camión grúa, pueden ir enriqueciendo y asimilando sus conocimientos sobre los camiones grúas, con ayuda del entorno social (los padres que fueron) y van proporcionando las herramientas para conseguir el conocimiento. La escuela que se muestra tiene muchas cosas del modelo constructivista, el mediador son los padres y los maestros, puesto que a través de ellos ven la realidad y se enriquece la interacción entre el individuo y el ambiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario